sábado, 18 de agosto de 2012

LOS HUEVOS DE SANXENXO Y LOS HUEVOS DEL PALACIO DE LAS MARISMILLAS

La palabra huevo viene del latín ovum
La RAE lo define como cuerpo redondeado, de tamaño y dureza variables, que producen las hembras de las aves o de otras especies animales, y que contiene el germen del embrión y las sustancias destinadas a su nutrición durante la incubación.
También puede significar testículo y persona tonta.aunque existe la expresión "tener huevos": ser muy macho, muy valiente.


De ahí la famosa adivInanza:
¿En qué se parece un cocinero y un nadador?
En que los dos pasan los huevos por agua.
No es lo mismo el huevo en la cocina del cocinero que los testículos - huevos- que el nadador pasea por la piscina cuando practica tal notable deporte.
Y de ahí que podamos hacernos tan divertida pregunta.

¿En qué se parecen los huevos de la manifestación de Sanxenxo y los huevos del Palacio de las Marismillas? En nada.
Los ciudadanos y ciudadanas de Sanxenxo "tuvieron  huevos".

Tuvieron huevos supuestamente de gallina de los que se sirvieron para lanzarlos como manifestación del clamor popular contra la estafa perpetrada por el timo de las preferentes por Caixanova de Galicia que el gobierno es incapaz de resolver como no sea cargándolo sobre los de siempre y "tuvieron huevos" - valor- en manifestar esta situación públicamente en la calle.
No obstante, cuando decimos que tuvieron muchos huevos, no estamos diciendo que fueran muy "machos", simplemente decimos que tuvieron valor.  De las mujeres podemos señalar, como se dice en Méjico, que  tienen más valor que los hombres si lo medimos en terminos de "tener huevos", pues "las mujeres tienen más huevos que los hombres porque las mujeres tienen miles y tiran uno cada mes, mientras que nosotros los hombres sólo tenemos dos". Nosotros preferimos utilizar "tener ovarios" para referirse a una mujer valiente.

Los dos huevos actuales del Palacio de las Marismillas son del género huevón.
Este aumentativo lleva a engaño: podría significar el don de la valentía en grado superlativo o alguien que posee unos testículos como huevos de avestruz.
Si "tener huevos" es ser un macho, un valiente. Ser un huevón referido a un hombre debería significar ser muy macho, muy valiente 
Pues no. Un huevón en la lengua castellana se dice de un tonto, algo así como los que forman parte del gobierno de tontos que mencionaba Antonio Gala - donde también hay tontas.
Ser un huevón es alguien que tiene tales  huevos que no le dejan pensar y sus huevos sólo le permiten huevear o perder el tiempo como los toros sementales que pasan el tiempo en la táctica de la reproducción que es como decir en la perpetuación. 


Os pregruntaréis el porqué de tanto huevo.
El huevo tiene su importancia:
Un huevo cósmico o huevo del mundo es un tema mitológico usado en los mitos de creación de muchas culturas y civilizaciones. Típicamente el huevo cósmico es un comienzo de algún tipo.
El huevo cósmico es también un concepto cosmológico desarrollado en los años 1930 y explorado por los teóricos durante las dos décadas siguientes. La idea viene de la aparente necesidad de reconciliar las observaciones de Edwin Hubble de un universo en expansión (también predicho por las ecuaciones de la relatividad general de Einstein) con la noción de que el universo debe ser eternamente viejo.

Pero no estábamos pensando precisamente en este huevo, lo que me "nos ha tocado los huevos" son estas palabras de profunda filosofía existencial del actual inquilino del Palacio de las Marismillas, quien se dedica a huevear con sus amiguitos del alma, mientras está conduciento por su nefasta política y desgobierno a la más profunda de las miserias y al paro a millones de españoles.

"A veces estamos pensando siempre en lo material, y al final los seres humanos somos sobre todo personas, con alma y con sentimientos, y esto es muy bonito y me reconforta mucho"

Porque....¿A qué me suena esto del alma? Al Sr. Camps

Menudo huevón,  bonito huevón..

La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y de alma quieta,
ha de tener su mármol y su día,
su infalible mañana y su poeta.

El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero;
a la moda de Francia realista,
un poco al uso de París pagano,
y al estilo de España especialista
en el vicio al alcance de la mano.

Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahur, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste
cuando se digna usar de la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y maneras;
florecerán las barbas apostólicas
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.

El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo tarambana,
de un sayón con hechuras de bolero,
el vacuo ayer dará un mañana huero.

Como la náusea de un borracho ahito
de vino malo, un rojo sol corona
de heces turbias las cumbres de granito;
hay un mañana estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.

Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.

Una España implacable y redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano vengadora,
España de la rabia y de la idea.
ANTONIO MACHADO



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